Las correas de distribución están hechas de caucho, nylon, tela y cinta de fibra de vidrio y son una importante conexión entre el árbol de levas y el cigüeñal. Como su nombre indica, las correas de distribución, a diferencia de las correas trapezoidales y las correas acanaladas, transmiten la potencia a través de los dientes. La rotura de una correa de distribución suele provocar daños en el motor, por lo que Motointegrator recomienda sustituir las correas de distribución en intervalos de 60.000 kilómetros hasta 150.000 kilómetros, dependiendo del tipo de vehículo. No es raro que la correa de distribución se desgaste, después de todo está sometida a una gran tensión debido a la carga de hasta dos toneladas que actúa sobre ella.
Si la correa de distribución está muy desgastada, puede romperse mientras el motor está en marcha, causando daños en el motor al chocar las válvulas y los pistones del motor. Esto se hace notar cuando se enciende el control de aceite, las revoluciones del motor bajan y el vehículo finalmente se detiene. Para evitar daños en el motor, la sustitución de la correa de distribución no debe posponerse. Motointegrator también recomienda sustituir las poleas tensoras y las poleas locas al mismo tiempo, ya que éstas funcionan conjuntamente con la correa de distribución.
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