Turbocompresor defectuoso: síntomas y costes de reparación

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Turbocompresor
© GettyImages / Grassetto

El turbocompresor, también conocido como turbo, incrementa la potencia del motor de un vehículo. En principio, esta pieza de automóvil sufre muy poco desgaste. En teoría, la vida útil de un turbo es tan larga como la del motor. Sin embargo, en la práctica, puede ocurrir que te veas obligado a reparar el turbocompresor. Las causas de la falla de un turbo son variadas.

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En este artículo se explican las causas de la avería de un turbocompresor, su funcionamiento y los costes de reparación.

Funcionamiento y estructura del turbocompresor

El turbocompresor comprime el aire de combustión que se introduce en el motor, lo que permite llenar mejor la cámara de combustión o el cilindro. De este modo, la potencia del motor aumenta significativamente y el consumo de combustible se reduce. Además, las emisiones del vehículo mejoran.

La turbina dentro del turbo es impulsada por los gases de escape que, de otro modo, se liberarían sin ser aprovechados. El movimiento giratorio de la turbina se transmite al compresor a través de un eje. En una segunda fase, el compresor aspira el aire de combustión y lo envía de forma comprimida al cilindro. El turbocompresor funciona de manera autónoma y no está conectado al motor mediante un acoplamiento mecánico.

Ventajas de un motor turbo frente a un motor de aspiración natural

Un motor con turbocompresor consume significativamente menos combustible que un motor de aspiración natural con la misma potencia. Esto se debe al incremento de la potencia del motor, que se logra aprovechando la energía de los gases de escape. Un motor turbo puede diseñarse más pequeño sin perder potencia, lo que ofrece otros beneficios.

Una de las principales características de los motores modernos es la reducción de las emisiones de CO2. Esto es posible gracias al «downsizing» o reducción del tamaño del motor. Dado que los motores turbo requieren una cilindrada menor y menos cilindros, las emisiones de CO2 disminuyen automáticamente.

Los turbocompresores reducen el impacto medioambiental del vehículo.

¿Cuándo es necesario reparar un turbocompresor?

Los turbocompresores experimentan un desgaste muy bajo y, normalmente, su vida útil es tan larga como la del motor. Sin embargo, pueden fallar en algunas ocasiones.

La mala noticia: la reparación es costosa, y comprar un turbocompresor nuevo lo es aún más.

La buena noticia: aproximadamente el 90 % de las fallas de los turbocompresores se pueden evitar con un mantenimiento regular. Las causas más comunes de estas fallas son:

  • Aceite de motor contaminado.
  • Depósitos (hidrocarburos no quemados) y cuerpos extraños en la turbina y/o el compresor.
  • Mala alimentación de aceite debido a una baja presión de aceite y/o un sistema de filtración obstruido.
  • Temperaturas de escape demasiado altas debido a un sistema de inyección o encendido defectuoso.
  • Desgaste de las diferentes piezas internas del turbo.
  • El motor se para tras una carga pesada.
  • Motor frío empujado directamente a la máxima potencia.
  • Modificaciones (tuning) no profesionales y/o inapropiadas.

¿Cómo asegurar una larga vida útil al turbocompresor?

El turbo, por lo general, requiere muy poco mantenimiento y cuidados. Sin embargo, es recomendable revisar el turbocompresor durante las inspecciones regulares del vehículo. Para mantener su buen estado, es esencial respetar los intervalos de mantenimiento y seguir las indicaciones del fabricante, que incluyen:

  • Limpieza regular del filtro de aire.
  • Mantenimiento del sistema de filtración de aceite.
  • Cambio de aceite periódico.
  • Verificación de la presión de aceite.

Síntomas de un turbocompresor defectuoso

Los síntomas de un turbo defectuoso son evidentes. Un consumo de aceite notablemente más alto en poco tiempo y ruidos molestos provenientes del turbocompresor, como un zumbido, son los más claros. Otro indicio de fallo es la disminución del rendimiento del motor, así como la salida de humo negro espeso del escape. En los vehículos modernos, el ordenador de a bordo puede señalar que el turbo está fallando, con códigos de error como «límite de regulación del turbocompresor superado». Además, si el motor entra en modo degradado, esto también puede estar relacionado con un turbocompresor defectuoso.

Es importante tener en cuenta que los síntomas de un turbo averiado no siempre aparecen al mismo tiempo. La presencia de un solo síntoma puede ser suficiente para indicar un daño en el turbo. Acude de inmediato a un taller para evitar daños mayores y costosos, como una avería del motor.

¿Cuáles son las opciones de reparación?

Como ocurre con muchas otras piezas defectuosas del coche, tienes tres opciones para reparar el turbocompresor.

  1. Reparación en un taller especializado: Puedes enviar el turbocompresor desmontado a un taller especializado para que lo reparen. Allí se desmantelará completamente y se reemplazarán las piezas defectuosas. Esta opción suele ser más económica en comparación con el reemplazo total de la pieza, aunque la reparación puede llevar tiempo.
  2. Instalación de un turbo nuevo: Para mayor seguridad, opta por la instalación de un turbocompresor nuevo. Alternativamente, puedes instalar un turbocompresor de recambio.
  3. Proceso de desmontaje y reemplazo: El desmontaje del turbocompresor defectuoso es laborioso. Después de drenar el aceite, es necesario desmontar varias piezas del motor, como el colector de escape y los tubos de sobrealimentación y aceite. Dependiendo del modelo del vehículo, también puede ser necesario desmontar la entrada de agua y las piezas del sistema de escape. Solo después de esto se puede desmontar el turbocompresor en sí. Los pernos oxidados pueden complicar la tarea y aumentar considerablemente el tiempo de trabajo.

Además, al reemplazar el turbocompresor, es importante limpiar o reemplazar los conductos de aceite. También se recomienda instalar un nuevo filtro de aceite y realizar un cambio de aceite para evitar que el turbocompresor se ensucie nuevamente.

Reducir los costes al reparar el turbocompresor

El coste de los materiales para un turbocompresor nuevo varía entre 400 y 2.500 euros. Los turbocompresores reacondicionados son significativamente más baratos y representan una mejor alternativa para coches más antiguos.

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*Los precios presentados en este artículo son indicativos y se basan en tarifas promedio vigentes en febrero de 2022.