Los muelles de suspensión forman una unidad con los amortiguadores y son de gran importancia para el confort de marcha y la seguridad de un coche. Compensan los baches durante la conducción y garantizan que las ruedas estén en contacto con la carretera en todo momento. Normalmente, un muelle de suspensión se construye para que cumpla de forma fiable su función durante toda la vida útil del vehículo.
Sin embargo, las cargas pesadas, la corrosión o los defectos del material pueden provocar la rotura del muelle. Si se produce un defecto, se hace notar a través de un manejo esponjoso y ruidos de traqueteo procedentes de la dirección del paso de rueda afectado. El siguiente artículo te permite averiguar si debes detenerte inmediatamente o puedes continuar tu viaje hasta el taller más cercano.
Muelle de suspensión: un exceso de carga puede provocar la rotura del muelle
Los muelles de chasis modernos son componentes sólidos hechos de acero elástico, para los cuales un kilometraje de varios cientos de miles de kilómetros no suele ser un problema. Sin embargo, hay un mayor desgaste si se conduce el coche por carreteras en mal estado durante mucho tiempo. Los impactos frecuentes con bordillos altos pueden suponer un esfuerzo considerable para los muelles de suspensión. Esta última es la principal razón por la que los muelles delanteros derechos se rompen con más frecuencia que los demás. Esto se debe a que a los conductores les gusta usar el bordillo, especialmente cuando aparcan en espacios reducidos.
Si se produce una grieta en el muelle debido a cargas pesadas sostenidas, esto puede servir como puerta de entrada para el óxido. En algún momento, el acero se debilita hasta tal punto que el muelle se rompe durante la conducción. Esto suele ir acompañado de un ruido de crujido audible o una sacudida en el volante. En ocasiones, la rotura pasa desapercibida.
Una sensación de conducción esponjosa y ruidos poco claros indican una rotura
Como conductor, es probable que notes una rotura de muelle por una sensación de conducción esponjosa y ruidos de traqueteo sin explicación. Si experimentas cualquiera de estos síntomas, detente y revisa el estado de los muelles en los pasos de rueda. Si encuentras un muelle roto, no hay peligro inmediato; puedes seguir conduciendo sin llamar a una grúa. Sin embargo, tu próximo destino debería ser un taller. La falla del muelle incrementa significativamente la carga sobre el amortiguador, y para evitar costos adicionales por un amortiguador desgastado, es recomendable reemplazar el muelle defectuoso lo antes posible.
Es importante que en el taller reemplacen ambos muelles (delanteros o traseros) al mismo tiempo. Cambiar solo uno puede llevar a una diferencia en la altura y un manejo desigual. Además, asegúrate de que los nuevos muelles sean compatibles con los amortiguadores que tienes actualmente. En el mercado de accesorios, encontrarás diferentes modelos y rangos de precios. La sustitución de muelles es un proceso relativamente rápido; un taller especializado suele tardar alrededor de una hora en reemplazar los muelles delanteros y traseros.