Conducción automatizada: ¿son los coches autónomos el futuro?

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Conducción automatizada
©Shutterstock / metamorworks

Conducción automatizada: ¿dónde estamos?

Para muchos fabricantes de automóviles, los vehículos que se mueven de forma autónoma en el tráfico son una parte central de su investigación actual. De hecho, nadie quiere quedarse fuera si esta tecnología alguna vez se utiliza a gran escala. Por tanto, no sorprende que grandes jugadores como BMW o Mercedes se centren cada vez más en su desarrollo. Sin embargo, el camino hacia un sistema de conducción automatizada es complicado.

Los expertos hablan de cinco niveles que deberían conducir a la conducción automatizada. La conducción asistida y la conducción parcialmente automatizada se han probado en la práctica y ya se utilizan en algunos modelos de vehículos. Ambos niveles suponen que el conductor mantenga el control del vehículo en todo momento. Sin embargo, se le asiste con ayudas técnicas como el asistente de adelantamiento. El tercer nivel es más complejo. La conducción altamente automatizada debe permitir al conductor ceder el control al vehículo durante un período determinado. Al mismo tiempo, debe estar siempre en condiciones de retomar el control a solicitud del sistema. En este nivel, los sistemas desarrollados ya funcionan de forma fiable.

Aquí es donde comienzan las grandes dificultades para los ingenieros de los fabricantes de automóviles. Después de todo, el sistema debe ser capaz de realizar de forma autónoma todas las maniobras comunes y necesarias para el tráfico rodado. El dominio de estas tareas es la base del concepto de vehículo autónomo. Por lo tanto, se necesitarán unos años más antes de que la conducción automatizada sea posible en la vía pública. Finalmente, el sistema debe estar lo suficientemente avanzado como para que el vehículo pueda, en su caso, funcionar sin ocupantes y, sobre todo, sin ningún fallo.

Ventajas de la conducción automatizada

La autonomización del transporte por carretera podría aportar numerosos beneficios en el futuro, especialmente en términos de seguridad, comodidad y eficiencia. Para los pasajeros de un vehículo autónomo, el confort aumenta ya que su atención ya no tiene que estar enfocada en el tráfico vial. El tiempo de conducción puede dedicarse a otras actividades, como trabajar o leer. Además, muchos desplazamientos, especialmente en el ámbito logístico, podrían realizarse sin conductor en el futuro. De esta manera, las empresas podrían reducir significativamente los recursos humanos.

Mientras que los particulares se beneficiarán de un mayor confort durante su viaje, las empresas de transporte y los transportistas podrán aprovechar la nueva tecnología de una forma totalmente distinta. La conducción autónoma podría contribuir significativamente al aumento de la eficiencia de las empresas. La circulación de vehículos en pelotón, o «platooning», se ha estado probando durante mucho tiempo en el tráfico vial real. Consiste en la circulación en convoy de varios camiones, donde todos los vehículos que siguen en el convoy reaccionan de forma totalmente autónoma a las instrucciones de velocidad y dirección del vehículo líder gracias a la transmisión de datos vía WLAN. El objetivo es reducir el consumo de combustible hasta en un diez por ciento gracias a una conducción controlada en el rebufo del vehículo. Por razones de seguridad, todos los camiones del convoy aún deben tener un conductor.

Conducción automatizada
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Conducción automatizada: riesgos e inconvenientes

A medida que avanza el desarrollo de la tecnología en este campo, el sistema se vuelve más complejo. Esto conlleva riesgos en caso de fallos de ciertas partes del sistema o incluso del sistema en su conjunto. Además, los expertos consideran la infraestructura digital como un posible punto débil. Cuando se utilizan conexiones WLAN para la comunicación entre el vehículo y la infraestructura, terceros podrían explotar vulnerabilidades en el sistema y acceder a los controles del vehículo.

¿Cuándo llegarán los coches autónomos?

Según Daimler AG, vehículos como el F015 presentado por el fabricante deberían estar en circulación en 2030. Sin embargo, todavía hay algunos obstáculos que superar hasta entonces.

Son principalmente cuestiones de regulación vial las que frenan la puesta en circulación de vehículos autónomos. Dado que los errores en los sistemas automotrices pueden tener graves consecuencias, se debe aclarar, por ejemplo, la cuestión de la responsabilidad. Otro desafío consiste en armonizar la técnica automotriz y la electrónica a largo plazo. Mientras que la vida útil de un coche es de aproximadamente 15 años, la electrónica de consumo evoluciona a una velocidad vertiginosa. Cada año trae su propio conjunto de novedades y tendencias. Por último, el tema de la protección de datos también suscita controversia. ¿Quién debería tener acceso a los datos de los vehículos: los fabricantes de automóviles o las empresas tecnológicas? También se debe garantizar una seguridad suficiente. Los primeros hackeos de sistemas de vehículos inteligentes ya han tenido lugar.