Los trayectos cortos suponen una carga enorme para los coches: el viaje matutino a la panadería ahorra tiempo, pero al mismo tiempo provoca un elevado consumo de combustible y desgaste. ¿Cómo se comportan los coches de gasolina y diésel en distancias cortas?
¿Qué significa un trayecto corto?
Para determinar si un motor diésel o uno de gasolina es más adecuado para trayectos cortos, es necesario definir primero qué se considera un trayecto corto. Aunque no existe una definición universal, generalmente se consideran trayectos cortos aquellos de menos de 10 km, ya que incluso los motores modernos tienen pocas posibilidades de alcanzar su temperatura óptima de funcionamiento en estas distancias. Si usas tu coche frecuentemente para ir al supermercado o llevar a los niños al club deportivo, esto puede tener efectos negativos en el vehículo. Por lo tanto, deberías evitar conducir con demasiada frecuencia o únicamente en distancias cortas.
¿Por qué los trayectos cortos son perjudiciales para el coche?
Primero, es importante destacar que no debes renunciar por completo a los trayectos cortos. Si realizas regularmente viajes largos en tu coche, no hay problema en hacer trayectos cortos de vez en cuando. La situación se vuelve problemática para aquellos conductores que solo realizan trayectos cortos de manera constante.
En trayectos de menos de 10 km, el motor no alcanza su temperatura de funcionamiento óptima. Además, el aceite de motor y el líquido de refrigeración tampoco llegan a la temperatura adecuada. Esto hace que el motor y la caja de cambios no funcionen de manera óptima. Como resultado, pueden surgir varios problemas. Los conductores deben cuidar especialmente su vehículo y, si es necesario, reducir los intervalos de mantenimiento.
Problema 1
Cuando conduces en distancias cortas, el combustible que se filtra en el cárter de aceite no se evapora. En cambio, se acumula en el aceite de motor, reduciendo su capacidad de lubricación. Esta degradación de la lubricación provoca un desgaste mayor y depósitos en componentes esenciales del vehículo, como la caja de cambios, las válvulas y los cilindros. Para solucionar esto, es necesario cambiar el aceite con más frecuencia de lo que recomienda el fabricante en condiciones de conducción normales.
Problema 2
Una de las características más notables de un vehículo que realiza trayectos cortos es la corrosión en el sistema de escape. Esto se debe al agua de condensación que se acumula en el escape. Dado que el motor está a baja temperatura, el agua no puede evaporarse.
Problema 3
Los trayectos cortos, y especialmente la conducción en ciudad, resultan en un consumo de combustible significativamente más alto. En estas condiciones, el motor a gasolina frío necesita una mezcla más rica de lo habitual. Así, el rápido trayecto hasta el supermercado se convierte en un factor de coste importante.
¿Son los trayectos cortos particularmente perjudiciales para los motores diésel?
Los motores diésel han experimentado un desarrollo tecnológico considerable en las últimas décadas. Los diésel atmosféricos, que antes eran lentos, se han convertido en turbodiésel modernos con un par motor potente. Así como el tiempo de precalentamiento que solía ser necesario, la característica nube de gasóleo negro y polvoriento al arrancar el motor también ha desaparecido con el tiempo.
Sin embargo, los motores diésel modernos y potentes alcanzan su temperatura de funcionamiento óptima mucho más lentamente que los motores a gasolina de potencia comparable. Por ejemplo, los filtros de partículas necesitan una temperatura de los gases de escape superior a 600 °C para cumplir su función. Si esta temperatura no se alcanza, las partículas de hollín acumuladas no pueden quemarse, lo que obstruye el filtro y eventualmente el vehículo puede entrar en modo degradado o volverse inutilizable.
Contrariamente a la creencia popular, no es una buena idea compensar las distancias cortas conduciendo a altas velocidades para alcanzar la temperatura necesaria de los gases de escape. De hecho, conducir de esta manera y a altas velocidades con el motor frío dañará el diésel.
Los fabricantes de automóviles son conscientes de ello, por lo que han desarrollado aditivos especiales que permiten quemar las partículas de hollín a una temperatura de 450 °C. Esta temperatura se alcanza mucho más fácilmente. Sin embargo, los sistemas Stop and Start, muy populares, presentan un problema porque mantienen una temperatura baja de los gases de escape, alrededor de 250 °C.
Si aún consideras utilizar un diésel para trayectos cortos, ten en cuenta que los vehículos diésel están diseñados para trayectos largos. Solo muestran sus ventajas cuando recorren distancias largas. Además, los vehículos diésel son más caros que los de gasolina.
En general, a pesar del precio relativamente bajo del combustible y el bajo consumo, un diésel solo resulta rentable a partir de un kilometraje anual de más de 20 000 km. No es realista alcanzar este kilometraje con trayectos cortos.
Diésel o gasolina: ¿Cuál se comporta mejor en distancias cortas?
En general, tanto los motores de gasolina como los de diésel se ven afectados negativamente por los trayectos cortos. Conducir en distancias reducidas provoca un alto desgaste y un aumento en el consumo de combustible, lo cual impacta directamente en tu bolsillo y no beneficia a ninguno de los dos tipos de vehículos.
Si solo realizas trayectos cortos, puedes dañar tu coche. En distancias menores a 10 km, el motor no alcanza su temperatura de funcionamiento óptima, lo mismo ocurre con el aceite de motor y el líquido de refrigeración.
Los vehículos diésel equipados con un filtro de partículas no están diseñados para trayectos tan breves, como ir a la panadería de la esquina. Las partículas se acumulan en el filtro y no pueden ser quemadas debido a la baja temperatura de los gases de escape. Como resultado, el filtro se obstruye y el vehículo deja de funcionar correctamente. Los aditivos no son suficientes para contrarrestar este problema y los sistemas Start-Stop, que son respetuosos con el medio ambiente, no permiten alcanzar la temperatura necesaria de los gases de escape durante los trayectos cortos.
En resumen, los coches de gasolina suelen comportarse mejor que los de diésel en distancias cortas.
Diésel o gasolina: ¿Qué coches son adecuados para trayectos cortos?
Si no quieres renunciar a los trayectos cortos, lo mejor es optar por un motor pequeño de gasolina. Este tipo de motor se calienta mucho más rápido que un motor grande de gasolina o diésel. Los vehículos eléctricos son aún mejores en este aspecto, ya que no tienen motor de combustión y, por lo tanto, no necesitan calentarse.